jueves, 30 de diciembre de 2010

"PRÁCTICAS CORPORALES Y SUBJETIVIDAD: HACIA UNA CONVERGENCIA EDUCATIVA" Elkin González Ulloa (Colombia)

Fecha de recepción: 01/05/2010 - Fecha de aceptación: 03/08/2010


“Las prácticas corporales, en sus puestas en escena, además de estar dotadas de complejos engranajes de las acciones motoras, nos ofrecen dimensiones que exceden la contemplación de la motricidad… Las prácticas corporales entonces, están movidas por subjetividades peculiares. En ellas se enhebran deseos, frustraciones, angustias, satisfacciones.”

Gabriel Cachorro*

Resumen

Las situaciones y los amplios campos en donde se ubica el cuerpo y la subjetividad infiere un digno trato, esto es, la intervención oportuna de las ciencias humanas o blandas como llamarían coloquialmente; por enumerar sólo algunas, podría destacarse la antropología, la sociología, la psicología y cómo no, la pedagogía. El cuerpo mutante, el cual traen a colación firme y constantemente los autores -del texto base-, no es conferido únicamente, entonces, a las ciencias naturales, sino por supuesto y en algo definitivo, abordado por las ciencias sociales en aras de acercarse, con mayor profundidad, a ese mundo plural, multidimensional y complejo que acaece en el sujeto. En este orden y como advierte Foucault (2002); “hay un conjunto de saberes sobre el cuerpo anclados en un esquema tal que los márgenes de pensamiento epocales forman todo un conjunto; pero hay otro subyacente que habita los manuales de procedimientos y otras literaturas menores. En estos últimos es donde, contrariamente a lo que se cree, el cuerpo no es ni fue solo objeto de preocupación de la ciencia natural.”

Así que, de manera introductoria, cabe enfatizar que la presente parte de un estudio eminentemente cualitativo, donde la biografía y la etnografía del individuo se ve alterada en tanto dicha investigación pasa por el cuerpo rozando su mundo interno y abonando (le) una trama personal y subjetiva, evidenciando la composición artesanal de la figura física y así, hacerse y presentarse ante la mirada de los otros.

Palabras clave: Prácticas Corporales, Subjetividad, Mutación Corporal.

Abstract

The situations and the broad areas where we find the body and subjectivity infers a decent deal, that is, the timely intervention of the social sciences or colloquially known as soft as, to name just a few, could be highlighted the anthropology, sociology, psychology, and why not the pedagogy. The mutant body, which bring up firmly and constantly authors –of text base -, it is conferred only, then, natural science, but of course and something definitive, addressed by the social sciences in an attempt to approach, further, in this pluralistic world, multidimensional and complex subject. In this order, and as noted by Foucault (2002); "There is a body of knowledge about the body anchored in a scheme such that the margins of thought epochal form a whole, but there is another underlying living manuals procedures and other minor literatures. In the latter is where, contrary to popular belief, the body is neither was just the concern of natural science".

So, in an introductory way, it should be emphasized that this part of a predominantly qualitative study, where the biography and ethnography of the individual altered as the investigation goes through the body touching his inner world and paying him a frame-personal and subjective, showing the traditional composition of the body shape and so constructed and presented to the gaze of others.

Key words: Practice Body, Subjectivity, Bodily Mutation.

Primer momento: cultura escolar

La construcción de lo más íntimo: la subjetividad, parte en cierta medida en poder identificarnos y diferenciarnos ante los otros, así el “lugar antropológico” (Augé, 2000) como construcción concreta y simbólica del espacio, contribuye a dicha edificación en tanto representa la ubicación cotidiana de nuestro estar ahí, relacionándonos constante y significativamente con el mundo circundante, existe una eyección. Es entonces este lugar un refugio cuyo sitio deriva protección y amparo. El cuerpo en la escuela, se torna un espacio interesante si de comunicación-interacción y transformación física se trata, pues, por un lado y a raíz de lo expuesto por Maffesoli (1990); “los sujetos, antes que consolidar una identidad rígida y estable, prefieren participar en grupos donde se sienten contenidos y con los cuales se identifican” y en esa medida, a comunicarse mediante símbolos e iconografías propias de la contemporaneidad (Web), provocando en consecuencia y simultáneamente una reconfiguración del lenguaje ortodoxo y tradicional. Por otro lado, la estética que pareciera ser un aspecto importante del cuerpo y constituirse así como una “segunda piel”, donde todos aquellos accesorios resultan primordiales al momento de construir un sujeto social (Goffman, 1982), es también y se convierte en un paradójico elemento para ocultar y desnaturalizar el regular funcionamiento del cuerpo en tanto la crema, el desodorante o el perfume contribuye a ello, pero más bien y desde la perspectiva juvenil, esto acerca y establece empatías entre personas y grupos sociales.

La constitución discursiva; como distintivo código lingüístico de cualquier grupo social, emanada principalmente por sujetos escolares, basan usualmente sus palabras en noticiosas, efímeras y muy mediáticas formas representadas a diario en la TV y otros medios, como también a raíz de la industria cultural, conformando esto múltiples y variadas perspectivas que propician modos de existencia tan peculiares y casi que universales.

La construcción de dicha subjetividad está, también, íntimamente ligada con todos aquellos ejercicios practicados y vividos en los escenarios educativos o no, que infieren prácticas corporales donde en determinado contexto interactúan y se comunican los individuos recreando así subjetividades fuertemente ceñidos a lo personal pasando por lo grupal. Son las prácticas corporales, pues, sinnúmero de actividades que permiten una digna edificación de lo que tan máximamente se denomina subjetividad. Esto demuestra, en primera instancia, un enérgico vínculo entre la práctica corporal y subjetividad.

Segundo momento: cultura universitaria

Con amplio abordaje teórico en lo que respecta el corte sociológico de Pier Bourdieu, el estudio –base-, pretende ahondar y comprender la subjetividad corporal[1]del ingresante o aspirante que decide encarar una formación universitaria sobre prácticas y saberes del cuerpo.

En materia, resultaría complicado mencionar y explicitar una panorámica en cuanto al campo de las prácticas corporales, no por el tedioso hecho de enumerarlas, sino por evidenciar las múltiples redes y lógicas peculiares propias de éstas. No obstante, bien sería fragmentarlas en dos según lo planteado en el texto base:

Prácticas corporales tradicionales: aquellas que tienden a la conservación, y donde las figuraciones del cuerpo y el movimiento son reconocidas por su amplia difusión y aprobación social. Pudiéndose llamar también, prácticas corporales curriculares.

Prácticas corporales alternativas: aquellas que ejercen mecanismos de presión para acceder a un terreno que le es limitado, estas pueden ser prácticas como el skate, el breake dance, la capoeira, prácticas de alto riesgo, etc.

De otro lado, es importante aclarar que el estudio investigativo que aquí se referencia trae o presta gran atención al aspecto mediático manifestado en sus múltiples áreas, esto es, la gran incidencia de la cultura mediática en el cuerpo de los sujetos juveniles y la construcción de sus identidades corporales, pues los modos por los cuales se entablan redes afectivas y de identificación con ídolos televisivos o radiales son sui generis fenómenos sociales dignos de la más dedicada y delicada atención.

En la Universidad, el cuerpo es y se muestra disidente y tiende a expresarse mediante variadas prácticas que lo constituyen como sujeto, es decir, el individuo aquí edifica a través de su cuerpo una subjetividad exquisita y única en tanto atraviesa su etapa juvenil. Una etapa cargada de emociones y fervores que sumado al tramado cultural del mundo universitario se torna ésta, en un contingente desprovisto de seguridad y más bien de efímera identidad. Todas aquellas prácticas corporales permiten en el sujeto poder crear y recrear otros sentidos sociales atribuyéndole a cada uno de ellos significados valiosos, de tal manera que introyecte convenientemente los saberes y aprendizajes sobre su cuerpo.

Las prácticas corporales que deriva la educación física en el ámbito institucional tiende generalmente a homogeneizar ciertos comportamientos y cómo no subjetividades, pero más aun aspectos banales como el vestuario, la manera de andar, el porte e incluso, se generan códigos del lenguaje que rodean y caracterizan a los sujetos permitiendo y evidenciando claramente una identificación de unos con otros. Allí, en la configuración de subjetividades, la redefinición es constante, y esto ocurre debido a la influencia de amigos y por supuesto a los medios de comunicación estructurándose así, hábitos sociales y culturales que tocan, sin lugar a duda y de cualquier manera, a cada uno de los participantes de las prácticas corporales del claustro universitario. Volviendo un poco, a medida que el practicante inicial de la educación física se involucra con sus coterráneos, éste va fagocitando un código comunicativo y especializado de palabras que emana luego de una confrontación, quizás, inocua con sus profesores de distintas áreas. Distintas áreas que, de hecho, al ser disímiles, enriquecen el discurso y alimentan el “acervo de experiencias sociales” (Schutz, 1974), es decir, coadyuva a la construcción de la realidad en tanto mixtas voces, ya sean de compañeros o profesores, se advienen significativas e importantes en el proceso educativo y de aprendizaje. Ello permite y exige una alta capacidad poliglota de lenguaje y así poder desenvolverse en su devenir universitario. Empero, ante las siguientes líneas lo anterior pareciera ser un cambio insignificante y poco impactante, pues, de otro lado, una mutación que ciertamente perturba la conciencia del recién ingresante, es aquélla que afecta su manera de ver y pensar la realidad, y esto se traduce al hecho de constantemente tener que tropezar con imágenes y voces político-sociales, pero esto quizá al cabo de un tiempo pierda su efecto estremecedor ante el repetitivo encuentro. Ya hace parte de su subjetividad. Los sujetos ahora están investidos por una nueva institución que los cobija y les brinda infinitas formas de observar social y culturalmente su comunidad, produciendo indeliberadamente, una identidad y construyendo una subjetividad.

En otro orden, y como es de pensar comúnmente, en la cotidianidad universitaria es tácita la otredad, y ella es elemental, pues brinda la oportunidad para la fraternidad y el trabajo mancomunado partiendo desde la diferencia. Allí los actores generan un espacio de intercambio de variados saberes corporales en el marco de la pluralidad, desprendiendo ayudas reciprocas que enriquecen el acervo motriz y en muchos casos se minimizan los conflictos grupales. Entonces aquí, el papel del docente-maestro, es importante, pues media entre los jóvenes apaciguando emociones hostiles e instando reflexiones.

Tercer momento: teorizaciones

Retomando las prácticas corporales como tal y de manera metodológica, este apartado propone desglosar y explicar el relato de vida como técnica eminentemente cualitativa que permite a su vez, ahondar y comprender la experiencia del individuo para llegar y se pueda evidenciar lo social. Es decir, no se trata de individualizar en el proceso investigativo al sujeto, sino más bien mediante dicha individualización; obtener una trama social compleja y creíble. La importancia del relato de vida como narración biográfica, radica para este estudio, en no focalizar la mirada al sujeto únicamente, sino, también, observar enteramente sus prácticas y actividades colectivas y así se puedan dar pistas concretas para una hermenéutica de lo social.

Son entonces las prácticas corporales de un sujeto joven de hoy, quienes puedan brindar rasgos generalizadores, y en cada una de sus palabras encontrar vivencias de su propia corporalidad revelando, juntamente, su subjetividad e indicios importantes de su comunidad inmediatamente circundante. Esto no pretende escatimar ni relevar la versión del individuo, sino más bien se trata de posibilitarle y ofrecerle aquella condición expresiva, única e inmensamente valiosa que tiene el ser humano; la palabra, para que mediante ella nos vislumbre y ponga allí sus vivencias y experiencias y hable de un “mí social”, como lo definiría George Herbert Mead, en vez de alguna situación íntima como sensación propia, puesto que “la sociedad está dentro del individuo”.

Cuarto y final momento: ítems a tener en cuenta

En este conclusivo fragmento, estarán planteadas, así como en el texto principal o base, cada una de las más importantes conclusiones que noto desde mi humilde óptica, igualmente, algunas cardinales y elementales frases a tener en cuenta para un posterior y juicioso estudio investigativo que referencie el variopinto campo de las prácticas corporales:

Ø “Si no existe la clase de educación física de cuerpo entero, el efecto es una flexibilización de los seudocontenidos acompañados de una infantilización del cuerpo, en tanto se solicita a los alumnos ejecuciones que subestiman sus capacidades motrices. Las transformaciones del cuerpo en un ente intangible es producto de una cultura escolar inhóspita para la propuesta de educación física. El cuerpo está tutelado por la mente en la medida que es intelectualizado, esto es una consecuencia de la imposibilidad de dar clases. En estas situaciones inadecuadas para los proyectos educativos corporales se promueven las tareas pasivas.”

Ø “El egreso de la cultura escolar y el ingreso a la cultura universitaria produce una brutal encrucijada existencial que demanda una capacidad de adaptación al cambio. Existen “situaciones críticas” (Giddens, 1984: 95) por la desestructuración de la vida cotidiana. El despliegue de las primeras acciones sociales en una organización nueva propicia la búsqueda de un nuevo orden. Esto implica encontrar los modos de desenvolverse más adecuados a las nuevas situaciones institucionales. El pasaje hacia una institución con rasgos diferentes a la estructura escolar, horarios optativos, flexibles, combinación de bandas horarias, alternancia de los lugares de estudio y cursada produce una profunda crisis en las prácticas de actuación. En muchos casos lo sujetos no aceptan este profundo cambio en el corazón de las prácticas y buscan caminos alternativos lo más parecido a los practicados en las instancias formativas anteriores.”

Ø “Los sujetos, que entran a una institución predeterminada por otros precursores, entran a un orden ya establecido al cual deben adaptarse. Las posibles negociaciones entre los sujetos con las instituciones pueden originar cambios capaces de renovar por dentro sus estructuras. Esta idea se corresponde con la siguiente afirmación: “si los cambios operados superan las restricciones que impone la invarianza de la organización, se produce una mutación; éste es el termino que utilizamos para destacar que el sistema se ha transformado en otro” (Schvarstein, 1992: 48)”

Ø “La entrada a la institución aporta a los ingresantes un lenguaje académico con un código de palabras de la disciplina. El vocabulario de los jóvenes se influencia y se afecta en forma brutal. En la perspectiva de Castoriadis (1989: 240), el individuo se encuentra ante la institución con un lenguaje ya constituido y debe apropiarse de otro lenguaje “que se encuentra ahí” este proceso de apropiación de todo tipo de lenguajes se constituye sobre la base de lo existente en su historia, pero con posibilidades de transformarlo para crear nuevos significados y significantes.”

Ø “La posible prolongación de las experiencias biográficas incrustadas en el cuerpo se construye en una socialidad inestable y compleja donde las formas de poner el cuerpo producen modos instituyentes. En cierta medida, estos modos son revolucionarios porque rehabilitan un cambio radical, en tanto activan al cuerpo festivo, hedonista capaz de descargar emociones contenidas o reprimidas donde suspenden en forma provisoria los mandatos institucionales. Las prácticas corporales del descontrol, la amnesia consciente, el olvido de las obligaciones aparecen en algunos grupos sociales que participan en cofradías con acuerdos lábiles. La socialidad del placer localizado en el desborde, el goce establecido en la experimentación del libre albedrio de los sentidos, parece ser poco compatible con las instituciones disciplinadoras del régimen corporal ascético. No son propuestas atractivas para las subjetividades juveniles emergentes: no seducen, tampoco producen deseo. Son juegos de otras subjetividades y otros cuerpos e historias. La persistencia de una propuesta de recorrido curricular con paradas en circuitos clásicos y ortodoxos provoca una convocatoria restringida a sujetos juveniles porque por una extraña paradoja la Educación Física estructura y niega el cuerpo”.

Bibliografía:

AUGE, M. (1997): “Los “no lugares”. Espacios de anonimato. Una antropología de la sobremodernidad”. Gedisa. Barcelona.

BOURDIEU, P. (1978): “Deporte y clase social” en Social science information sur les sciences sociales, vol. 17, nº 6, Paris.

CASTORIADIS, C. (1989): “La institución imaginaria de la sociedad”. Tusquets. Buenos Aires.

FOUCAULT, M. (2002): “Vigilar y castigar”. Siglo XXI. Buenos Aires.

GIDDENS, A. (1984): “La constitución de la sociedad. Bases para una teoría de la estructuración”. Amorrortu. Buenos Aires.

GOFFMAN, E. (1981): “La presentación de la persona en la vida cotidiana”. Amorrortu. Barcelona.

MAFFESOLI, M. (1990): “El tiempo de las tribus: el declive del individualismo en las sociedades de masas”. Icaria. Barcelona.

MEAD, H. (1968): “Espíritu, persona y sociedad”, Buenos Aires, Paidós.

SCHULTZ, A. (1974): “El problema de la realidad social”. Amorrortu. Buenos Aires.

SCHVARSTEIN, L. (1994): “Identidad de las organizaciones”. Invarianza y cambio. Paidós. Buenos Aires.





* Gabriel Cachorro es profesor de Educación Física (Universidad Nacional de La Plata, Facultad de Humanidades y Ciencias de la Educación, Departamento de Educación Física), Magíster en Desarrollo Educativo (UPN, México) y Egresado del doctorado en Comunicación de la Facultad de Periodismo y Comunicación Social de La Plata. Así mismo, es el autor principal de texto base arriba mencionado.

[1] Entendida como los modos de ser de los sujetos a través de los cuerpos. Idea que se moviliza desde matrices culturales que la constituyen. En: “Educación Física: Cultura escolar y cultura universitaria”. Gabriel Cachorro. 2009, La Plata.